Agencia de Noticias AhlulBayt (ABNA): La relación entre México y la Administración de Donald Trump, con Marco Rubio como secretario de Estado, atraviesa un momento de alta tensión. Washington ha renovado sus presiones sobre el vecino del sur: desde el intento de renombrar el Golfo de México como “Golfo de América” hasta amenazas de aranceles elevados y operaciones militares contra presuntos cárteles. Sheinbaum ha respondido que cualquier intervención extranjera es inaceptable y que México es un país soberano.
El pasado 15 de noviembre, dos manifestaciones en Ciudad de México terminaron con enfrentamientos frente al Palacio Nacional. La presidenta señaló que una de las convocatorias digitales costó 90 millones de pesos (unos 4,9 millones de dólares) y empleó al menos ocho millones de cuentas falsas, sugiriendo una operación orquestada desde el extranjero con fines desestabilizadores.
En paralelo, Sheinbaum evalúa viajar el 5 de diciembre a Washington para asistir al sorteo de la Copa Mundial 2026, evento al que ya han confirmado asistencia Trump y el primer ministro canadiense, Mark Carney. De concretarse el viaje, podría producirse el primer encuentro presencial entre la mandataria mexicana y el presidente estadounidense, en un contexto marcado por las amenazas comerciales y migratorias.
La agenda diplomática mexicana se mantiene activa. En las últimas semanas, Palacio Nacional ha recibido al presidente francés Emmanuel Macron, al primer ministro Mark Carney, a la presidenta hondureña Xiomara Castro y, el próximo lunes, acogerá la visita oficial del presidente de Singapur, Tharman Shanmugaratnam, con motivo del 50 aniversario de relaciones bilaterales.
Analistas interpretan estas acciones como un intento de México por diversificar socios y reforzar su autonomía frente a las presiones de Washington, en un escenario regional donde la Administración Trump ha anunciado una política más agresiva hacia los gobiernos progresistas de América Latina.
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